De los errores del pasado aprendí a no quedarme dormida, a relamerme los labios y mirar a las personas a los ojos.
De los tropiezos comprendí, que no todo camino es plano... tampoco sinuoso.
Hoy sé, que el puerto seguro siempre lo encuentro dentro de mi, y que, si bien es cierto que el trayecto mejora notablemente cuando esta acompañado por un aroma conocido, es en nosotros, y en nadie mas, donde radican los elementos necesarios para portar siempre una sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario